miércoles, 22 de febrero de 2012

Memorias y sandeces...

Hace algunos años, al tratar de describir mi trabajo para la edición del libro “La pintura al desnudo” surgieron frases como las siguientes:

 “…puedo decir entonces que mi trabajo se basa principalmente en la figura humana. Desde el punto de vista formal y simbólico busco plasmar al ser humano en su condición íntima. Es decir, al hombre y su relación consigo mismo, y no la relación del hombre con su medio, lo que él es como individuo fuera de cualquier contexto social, político, cultural, histórico u otro, enfrentándolo a sus propios sentimientos, a su propia impotencia, a su desnudez, a su vulnerabilidad y a su dualidad.

Esas dualidades humanas: pasión-reflexión, consciente-inconsciente, sentimiento-razón, etc., son principios fundamentales que, en mi opinión, definen al hombre. En mi trabajo trato de manifestarlas por medio de figuras construidas rigurosamente desde el punto de vista anatómico y de factura realista aun cuando a menudo el tratamiento colorístico de los cuerpos resulte a veces mucho más expresionista, que coexisten en un espacio totalmente abstracto e intuitivo, opuesto, tal vez, a las formas racionales que tienden a descomponerse, desvaneciéndose en el espacio.”

Ahora me doy cuenta de que algunos de  esos convencimientos que tenía entonces ya se han desvanecido o modificado, y esa búsqueda del hombre consigo mismo de aquella época fue evolucionando para descubrir a un hombre que “se encuentra con sigo mismo” desde su relación con los demás. Un hombre enriquecido e infinitamente mas complejo, fruto de un mundo relacional extremadamente rico y muy diferente al de hace algunos años.

Y es que el mundo en el que vivimos ahora es totalmente diferente al que era hace apenas veinte años cuando comenzaba mi vida como pintor y escultor, después de la Academia y antes de los teléfonos celulares y del internet, y supongo que estos cambios tan grandes han generado a su vez replanteamientos y dudas, y evoluciones igualmente enormes en todos y cada uno de nosotros.

El arte de hoy y su enorme complejidad es evidentemente un claro espejo del mundo en el que ahora vivimos: un mundo malabarista entre lo real y lo virtual, entre la economía de mercado y la búsqueda espiritual donde el tiempo transcurre cada día mas rápido y donde nuestra identidad como individuos no se construye ya solamente a través de la interacción directa con otras personas sino por medio de celulares, Tablets, iPhones, BlackBerry y redes sociales de identidades virtuales y alternas donde cada quien puede ser un sinfín de personajes, y donde creo o siento que los conceptos de privacidad e identidad buscan redefinirse con extrema urgencia.

Me parece que nuestro mundo ha cambiado tanto en los últimos años, que me atrevería a pensar que la gran mayoría de conceptos fundamentales que nos definen como individuos, como por ejemplo el significado mismo del “Yo” y la “familia” están en camino de redefinirse para incluir en ellas las interacciones en los medios virtuales y redes sociales como el Facebook, Google o Wikipedia.

Dentro de este universo vertiginoso y complejo en el que vivimos tratando de asimilar nuestra realidad, ya no solamente en las tres dimensiones físicas que conocíamos sino en muchas otras más, dimensiones cibernáuticas de alteregos virtuales dentro del magma de información y de medios de comunicación, el arte parece redefinirse a si mismo todos los días con cada creación, hasta el punto en que hasta los mismos artistas se pierden a veces tratando de entender, ya su vez haciendo de esta pérdida un nuevo universo de creatividad. No es de extrañarse entonces que el arte de hoy en día, como espejo que siempre ha sido de la realidad social en la que se desarrolla, sea una especie de explosión de formas, conceptos, ideas y expresiones de todo tipo.


Dentro de ese inmenso océano actual de artistas y lenguajes plásticos y conceptuales: expresionistas, post-expresionistas, neorrealistas, post-modernistas y demás, confieso con toda sinceridad que como amante del arte me resulta imposible tomar un partido determinado, aunque sí hay muchas cosas en el arte de hoy en día que no entiendo y a la vez que admiro, y trato de mirar con ojo critico a todos aquellos que se dicen portadores de la verdad en el arte, tanto en un extremo como en el otro. 

No sé realmente a cuál grupo de “istas” pertenezco como artista, así que simplemente me he dedicado a tratar de acercarme a la búsqueda de sentido y comprensión de lo que somos, como personas, en nuestra realidad siempre cambiante; trato de acercarme por medio de mi trabajo a un hombre que se define y se construye a si mismo desde su propio discurso y su interacción con los demás y junto con sus contextos que lo complementan, un hombre, y un lenguaje pictórico también, mucho menos dual y mas cambiante donde yo como pintor, pero mas como persona, requiero cada vez de menos convicciones y conceptos pero disfruto, crezco y me descubro a mi mismo por medio del arte, cada vez un poco más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario